He de reconocer que cuando llegué por primera vez a la sala de trabajo de Luisa iba un poco reticente a probar la acupuntura. Ella había estudiado medicina tradicional china y tenía un largo historial a su espalda. Buena praxis unido a un carácter afable.
Cuando llegas al patio de su casa lo 1º que haces es dejar el estress, las tensiones y los problemas en el dintel de la puerta y una vez que pasas a su sala, te descalzas y entras en una realidad diferente: música de fondo, una camilla y unas manos expertas que saben localizar el dolor y las tensiones.
La OMS reconoce los beneficios que reportan al cuerpo la acupuntura, el masaje shiatsu y la moxa. No obstante, en la cultura occidental somos un poco escépticos a la hora de creer en estas técnicas milenarias. Eso sí, una vez que lo pruebas comienzas a ser consciente de sus ventajas.
martes, 9 de marzo de 2010
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