viernes, 19 de marzo de 2010

Eduardo Chivite

De rara ensoñación

He salido a ver qué luz, comprobar que todavía está fuera el
otoño, si los viejos árboles no olvidaron su brisa; y a reconocer el
viento, su claridad suave.
No fuera a ser que se hayan sabido violeta las colinas, y entonces
pareciese todo lluvia recogida en tu falda; se hiciesen sin esfuerzo
como nevosos los mares, a la vez que en mis ojos… y con eso ya
basta.

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